Los Reyes Magos y la Reina de Oriente en la Plaza del Castillo. / EA
Sus Majestades Los Reyes Magos no faltaron a su cita y visitaron El Puerto de Santa María este 5 de enero, sin que se tuvieran que lamentar incidencias y con los portuenses dando ejemplo de responsabilidad, sin aglomeraciones, con una gran organización y con los niños y niñas como los absolutos protagonistas de una jornada magica.
De esta manera el concejal de Fiestas, David Calleja, dividió en dos los puntos claves, con los Reyes Magos y la Reina de Oriente en la Plaza del Castillo, y de forma paralela el resto de personajes de la Corte (Gran Visir, Cartero Real, Reina de las Nieves, Reina de Occidente, Reina de Oriente, Soldado del Cascanueces y Bailarina del Cascanueces) estuvieron situados en la Plaza Peral, frente a la fachada del Ayuntamiento, que lució sus mejores galas navideñas.
Los tres Reyes Magos situados en alto, con la Reina de Oriente en medio, bien separados y visibles, frente al palacio Araníbar (con su fachada preciosa con elementos decorativos), simpáticos y con derrochando ilusión en un día histórico para la ciudad.
El objetivo estaba claro: facilitar la circulación y cumplir con todas las precauciones relativas a la normativa sanitaria derivada de la epidemia y a la fluidez del tráfico. Y se consiguió, con colas bien organizadas y separadas, con bastante rapidez y civismo, tanto en Peral como en la Plaza del Castillo.
Realmente tuvo una gran acogida esta forma de recibir a los Reyes por parte de los muchos portuenses que acudieron a su cita mágica, con recorridos asegurados con vallas, monitores y seguridad privada. Todo ello acompañado por la Banda de Música Maestro Dueñas y la de Humildad y Paciencia durante parte de la jornada, y con los niños recibiendo sus caramelos al finalizar el recorrido.
En definitiva, no fue una Cabalgata estática como se planeaba en un principio, fue una presentación real, segura y responsable, que a muchos incluso gustó más que la propia y tradicional Cabalgata de Reyes. Una jornada mágica para recordar, a pesar de la situación actual provocada por la pandemia, la ilusión de los niños sigue intacta. Y es que, a pesar de algunas voces críticas contra el alumbrado navideño y este tipo de eventos en plena pandemia, la Navidad portuense finalmente ha lucido y mucho, dentro de las limitaciones esperadas. Calleja lo ha vuelto a hacer.
