1 PORTADA
| Encendido 3 años hace

Adiós a un gaditano ilustre de nuestro cine: Julio Diamante

Por Enrique Flópiz
Compartir

“Nuestra harina El Vaporcito siempre apoya la cultura, el deporte y el arte”.

Julio Diamante es un director de cine y teatro, guionista y escritor gaditano (1930-2020), recientemente fallecido en este agosto de pandemia. Diamante fue también guionista, escritor, responsable de la Semana Internacional de Cine de Autor de Benalmádena, profesor, actor, gestor cultural, aficionado al flamenco, al jazz y al blues y cantante aficionado. Un "artista total —según recordó la Academia de Cine— que se expresó desde distintas caras del mundo audiovisual y es el único director español que tiene un monumento público en nuestro país, en Cádiz, su ciudad natal". El Presidente de la Academia Mariano Barroso manifestó, tras conocer la noticia: "Siempre serás imprescindible para tus amigos y compañeros de la Academia. Querido Julio, descansa en paz".

Tiene Diamante una espaciada y diversa producción filmográfica, y muy importante para conocer el cine español de la década de los sesenta y setenta del siglo XX. No hizo muchas películas, pero algunas de ellas tienen su innegable interés: Los que no fuimos a la guerra (1962), Tiempo de amor (1964), El arte de vivir (1965), Tiempos de Chicago (1969), Helena y Fernanda (1970), Sex o no sex (1974), La Carmen (1976) o La memoria rebelde (2012), amén de trabajos para TV como El obispo leproso (1974) o Martín Fierro (1974).

El Nuevo Cine Español al que pertenecía Diamante lo constituía un grupo de directores que lograron estrenar —con el beneplácito del franquismo— películas muy críticas con el régimen, coincidiendo con políticas aperturistas que buscaban mejorar la imagen de la dictadura cara al mundo.

Fue un movimiento que, pese a las limitaciones de distribución y proyección de sus obras, dio lugar a películas muy importantes. Por mencionar algunas: de 1951, Esa pareja feliz, de Berlanga-Bardem; de 1964, La tía Tula, de Picazo; de 1966, La caza, de Saura; o, de 1971, La cólera del viento, de Camus.

Pero a decir verdad, este cine interesaba poco o nada al público de la época, más volcado en el exitoso cine americano que en la problemática social de España. Y como decía, al régimen de Franco le venía bien tolerarlo, pues ganaba premios en el exterior y era propaganda de una industria cinematográfica moderna y abierta que nos significaba. Paradójicamente, esas mismas películas eran censuradas y cortadas a la hora de estrenarse en España, donde solo una minoría asistía a ellas habitualmente.

Julio Diamante fue un hombre de izquierdas y resistente antifranquista, que tuvo muy mala relación con el régimen y con la censura en general. Él mismo dijo: «En todas las actividades en que he intervenido me he encontrado con la censura en situaciones muy jodidas».

Tal y como recordó el Festival Alcances en un comunicado: "Julio Diamante era un puente entre dos épocas históricas unidas por una misma rebeldía y espíritu crítico: del franquismo puro y duro a la sociedad neoliberal y sus excesos". Su última película fue La memoria rebelde, 2012, donde recogen testimonios de políticos, escritores e intelectuales.

Para recordar una parte de su cine, traigo hoy tres de sus principales películas: Tiempo de amor (1964), El arte de vivir (1965) y La memoria rebelde (2012).

TIEMPO DE AMOR (1964). Diamante se acoge en esta cinta a la fórmula del relato compartimentado en varias partes independientes, separadas argumentalmente, pero unidas por un mismo tono narrativo y una similar intención y marco temático. Tres breves relatos elegantemente encadenados, centrados en figuras femeninas del momento, en sus relaciones sentimentales y la influencia que en ellas tiene el gris contexto social: la España de la dictadura.Tres historias independientes que reflejan alguna de las muchas caras del amor en aquella época.

En la primera, llamada “El atardecer”, Elvira y Alfonso llevan diez años de noviazgo, durante el cual han mantenido su castidad con todo celo, a la espera de que él consiga superar unas eternas oposiciones en el Banco para estabilizarse. Este primer episodio refleja lo que es la mediocridad dentro de una pareja que ni siquiera ha consumado su amor de manera íntima; y la inalcanzable meta del matrimonio, trasunto de la respetabilidad social y la apertura al sexo. Una relación cargada de limitaciones y de mediocridad y una sintaxis narrativa diáfana, sutil, atenta a los detalles y las miradas de los personajes, suvamente lírica. Muy buenas las interpretaciones de Julia G. Caba y Agustín González.

En el segundo episodio llamado “La noche”, María (Caballeira) y Loli (Mara Goyanes) están empleadas en una tienda de cosmética; las invitan a un guateque y allí María conoce a un atractivo playboy con dinero a quien la pacata chica acabará besando, entregada al amor. Pero la auténtica naturaleza del príncipe azul, pronto quedará al descubierto cuando él le pide más de la cuenta. Tras su negativa él la insulta, abandonando el tono refinado con el que la enamoró y empieza a aprovecharse de la inocencia de una chica indefensa. Todo se desarrolla en un Madrid snob y cosmopolita, en un apartamento de los barrios altos de la ciudad. Enriqueta Carballeira y Julián Mateos están más que mejor en sus papeles.

El tercer y último episodio titulado “La mañana” nos presenta a un modesto matrimonio joven, Pilar y José. José es médico de familia. Ambos hacen lo imposible por mantener la llama de su amor, a pesar de los muchos problemas económicos. La mujer le echa en cara su falta de coraje para ascender en su profesión. Pero finalmente y tras una discusión, ella se da cuenta del valor de su sacrificado esposo, capaz de atender a gente pobre sin cobrar.

Este tercer episodio muestra las lacras sociales de la España de la época. El relato termina con los dos caminando abrazados por un descampado de pisos en construcción (la nueva España), en un final abierto, esperanzado, maravillosamente acompañado por la música de Waitzman. Los dos protagonistas están genialmente encarnados por Lina Canalejas y Carlos Estrada. Episodio tan logrado como los dos anteriores.

Película es muy especial. Obra muy válida de un director inteligente que afirmó: “Con ‘Tiempo de amor’ (1964) no tuve problemas de censura y se llevó cuatro premios en el Festival de Valladolid. Tuvo mucho éxito porque eran los retratos de tres mujeres en la España de los sesenta y conectó bien con el público”.

 

EL ARTE DE VIVIR (1965). Diamante aborda en este film una juventud sin rumbo, una juventud perdida abocada a un futuro terrible, a un porvenir plagado de alienación y hastío. Todo ello en los años sesenta, en una España que empezaba a mejorar económicamente, en la cual los jóvenes preparados ascendían con facilidad, a la vez que se fueron haciendo más egoístas y amorales.

En la historia que narra, Luis es un joven que acaba de terminar la carrera de Económicas, a la vez que tiene una personalidad crítica hacia el mundo que le rodea. Pero, igualmente, para él es importante buscar un lugar de trabajo, una posición en el mundo, lo cual tendrá su recorrido y su interés a lo largo del metraje.

El inconformismo del protagonista es presentado por Diamante cuando coloca Luigi Giuliani paseando por los barrios más populares de Madrid, mostrándonos los pensamientos de este hombre solitario y anti social mediante el recurso de la voz en off: críticas al turismo impostado, al fútbol como deporte adormecedor, la «cocacolanización», etc.

La primera parte de la película dibuja a Luis como perteneciente a una clase acomodada, que se permite rechazar trabajos cuyos ideales repudia. Pero en la segunda parte aparece la ambición y el aburguesamiento de quien ansía encontrar un trabajo bueno y afianzar su situación, aun dejando sus antiguos ideales. Luis da la espalda a lo que defendía inicialmente, entre otras su antigua novia. En una memorable secuencia, la madre del protagonista (Lola Gaos), se pone en contra de los orígenes humildes de la novia, e incluso dice: «La que no se respeta de soltera menos se respetará de casada».

El guion del film lo escribió el propio Diamante en colaboración con Elena Sáez, un texto que retrata los años sesenta en España. Diamante dice que «fueron intentos de hablar de la sociedad española y de cómo el amor florecía muy mal en ella».

A pesar de su modestia llegó a competir en 1965 en el Festival de Berlín en la Sección Oficial de largometrajes, donde fue muy bien recibida. Pero a su vuelta a España no tuvo mucho éxito comercial, cayendo progresivamente en el olvido.

El reparto tiene caras importantes y todo él cumple su cometido. El protagonista Luigi Giuliani, bien en el papel de Luis, un joven arribista y con pocos valores. Elena María Tejeiro realiza un trabajo muy interesante como novia apasionada y vulnerable.

Excelente la incombustible Lola Gaos como madre castradora e influyente sobre su deshonesto hijo. Juan Luis Galiardo, a la altura de su caché, en el rol de un aguerrido ligón oportunista.

Y acompañando actores y actrices reconocidos como el dramaturgo Antonio Buero Vallejo, el conocidísimo Francisco Valladares, qué decir de Fernando Sánchez Polack, el propio Julio Diamante o el mismísimo Manuel Summers.

La fotografía en blanco y negro de Luis Enrique Torán viene a reflejar ese ambiente consternado y gris, sin brillantez ética. Y acompaña muy bien la música de Adolfo Waitzman.

Película atrevida para el momento en que se rodó y obra que sigue vigente, pues plantea temas universales y de siempre, como la ambición, la hipoccresía o la manipulación de los otros en el propio provecho.

Es un film sarcástico, sirva como ejemplo que en los títulos de crédito se canta una canción del género ye-ye, cuya letra, escrita por Diamante, dice en el estribillo, «todo va bien», cuando lo que vemos en la pantalla es que «todo va mal»: una juventud detestable que había perdido la honradez y la vergüenza.

Más extenso en la revista de cine Encadenados.

 

LA MEMORIA REBELDE (2012). Mediante la reflexión oral y coral de diferentes personalidades, se ofrece una visión de la República, el Franquismo, la Transición, la lucha por la democracia y las libertades. Intervienen Rafael Azcona, Santiago Carrillo, Pilar Bardem, Carlos Jiménez, José Antonio Martín Pallín, José Antonio Labordeta, Ana María Matute, Rosa Regás, Jorge Semprún, Luís Otero y Marcos Ana.es una película de cuatro horas, de la que hizo una versión de sólo dos, en la que se recogen testimonios fundamentales. Se puede ver a trozos en Youtube pero que merecería un visionado completo y sereno.

En el documental se enuncia: “La memoria es un fruto agridulce, enriquece la historia, y el futuro no debe ser ajeno a ella”, definiendo así la lucha que el propio Julio Diamante mantuvo siempre a lo largo de su comprometida vida.

Enrique Flópiz

Enrique Fernández Lópiz. Nacido en El Puerto de Santa María, es Licenciado en Psicología por la Universidad Pontificia de Salamanca y Doctor en esta disciplina por la Universidad de Granada, donde es Profesor Titular del Departamento de Psicología Evolutiva. Cinéfilo desde siempre, escribe críticas cinematográficas desde hace dos décadas en diversos medios escritos y digitales.