Concluyendo el domingo con una función principal para clausurar este acontecimiento, dirigida por el sacerdote y párroco Salvador Marín en el cual ha reunido a muchos hermanos de la corporación, dando un ejemplo de saber hacer un acto tan íntimo y personal, a la altura de una formación que parece estar más unida que nunca.
En estos últimos tiempos las aguas estaban un poco revueltas por Vallealto, con cierta incertidumbre por los rumores de los cofrades de a pie. Pues bien es sabido que esta agrupación parroquial tiene juventud y vida para rato, quizás no todos los caminos lleven a Roma, pero si pueden acercarse y poco a poco construir una vereda que permita llegar.
Después de estos tiempos tan extraños de pandemia, la unión entre hermanos y la constancia ha permitido a este grupo de jóvenes puedan rehacerse y pese a las dificultades volver de nuevo con dos preciosos estrenos, la restauración de las potencias del Señor y su posterior baño de plata por el Hermano D. Antonio Andújar. Y una preciosa medalla con el escudo que diseñó el asesor artístico de la Agrupación D. David Calleja Ruiz, hace escaso año y medio.
Una medalla que dará el empuje para andar con pies de plomo y motivar a los cofrades porque a partir de ahora tendrán una nueva meta más por ilusionarse y una bonita carta de presentación.