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Un enterramiento calcolítico, procedente del yacimiento de La Viña, nueva Pieza del Mes

Por Redacción
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El concejal de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, David Calleja, ha presentado la Pieza del Mes del Museo Municipal, un enterramiento calcolítico, procedente del yacimiento de La Viña, que se expone en las instalaciones de Pagador, 1, y que cronológicamente se adscribe en la Prehistoria, dentro del Neolítico Final – Calcolítico, en el 3.480-3.130 a.n.e. aproximadamente. El edil ha estado acompañado por el director del Museo, Miguel Ángel Caballero, y elarqueólogo José Manuel Lojo Galán.

El teniente de alcalde señaló que la pieza seleccionada se vincula a las diferentes actividades que forman parte del Programa “Vivir la muerte”, que incluyó los pasados 30 y 31 de octubre lecturas y representaciones teatrales de obras típicas de la festividad de Todos los Santos en marcos como la Sala Hospitalito (“El burlador de Sevilla y convidado de piedra”, de Tirso de Molina), la Ermita de Santa Clara (“El Tenorio”, de José Zorrilla) y el Monasterio de la Victoria (“El Miserere”, de Gustavo Adolfo Bécquer). Calleja se congratuló de la presencia de alumnos del CEPER “La Arboleda Perdida” en el acto de presentación de la pieza.

La visita, de carácter gratuita, puede realizarse de martes a viernes de 10:00 a 14:00 horas y sábados, domingos y festivos de 11:00 a 14:00 horas.

El arqueólogo José Manuel Lojo expuso que el yacimiento de Cantarranas fue localizado por el recién fundado Museo Municipal, dirigido por Francisco Giles y su equipo en 1982, cuando se estaban desmontando las dunas eólicas, alguna de más de seis metros de altura, para la urbanización de la zona, pues bajo ellas se asentaba el paleosuelo de arcillas rojas y margas donde se localizaba el hábitat neolítico.



Lojo recordó que se realizaron en total tres campañas de excavaciones de urgencia, desarrolladas en tres fases(1982/83,1985 y 1986), en una superficie de alrededor de 6.000 metros cuadrados en la que se localizaron fondos de cabañas pertenecientes a un poblado y asociado a éste y una zona de trabajo, con una extensión de 3.000 metros cuadrados,para la elaboración de herramientas líticas relacionadas con la actividad agrícola denominada“Taller lítico de Cantarranas”,en la que se recogieron y estudiaron alrededor de 9.000 piezas en sílex y, mayoritariamente, cuarcita. Además también se localizaron numerosos silos para almacenamiento de excedentes cerealísticos, de los que se excavaron un total de 12.

Lojo Galán refirió que la adscripción cronológica de este poblado se sitúa en el Neolítico pleno, perdurando hasta su transición al Cobre Inicial o Calcolítico y que a un kilómetro aproximadamente de la zona nuclear del asentamiento de Cantarranas se encuentra un lugar denominado “La Viña”, donde actualmente se localiza el Poblado Naval de la Base Militar de Rota.

El inicio de la construcción de dicho Poblado en 1984 propició una intervención arqueológica seguida de otra más en los años 1986-87, localizándose un total de 200 silos, que arrojaron, a través del estudio de los materiales cerámicos, una cronología entorno al Calcolítico o Edad del Cobre, momento que se corresponde con un claro incremento en la complejidad social que mostraba el período precedente, el Neolítico.

El arqueólogo detalló que el yacimiento de La Viña se caracteriza por no presentar ninguna estructura habitacional, siendo una zona utilizada para el almacenaje en silos de los excedentes agrícolas. Los silos son de planta circular o subcircular, predominando los de perfil acampanado y base recta. Varios de los silos del yacimiento fueron utilizados de forma puntual como lugar de enterramientos individuales y colectivos.

“La pieza del mes” corresponde así a uno de esos enterramientos practicados puntualmente en estos silos del yacimiento de La Viña. La excavación arqueológica del silo se realizó durante una intervención de urgencia en el yacimiento el 17 de Julio de 1986, en el silo nº1, localizado en el cerro Sur de La Viña, silo que se encontraba excavado en la marga natural del terreno, en una investigación dirigida por el profesor José Antonio Ruiz Gil.

Se trata de una inhumación individual en posición decúbito prono, piernas flexionadas hacia su derecha y cráneo volcado, brazo izquierdo bajo la cadera y el derecho flexionado junto al tronco. Junto al cuerpo aparecen restos de industria lítica pulimentada y fragmentos cerámicos hechos a mano.No existe inhumación intencionada sino un cuerpo arrojado al interior del silo.

El enterramiento se extrajo en bloque del silo y fue consolidado en el laboratorio de restauración del Museo Municipal.

Redacción