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| Encendido 2 años hace

La Isla, una tragedia familiar moderna, convence en El Puerto

Por Miguel A. García Neto
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De sobra es conocido lo que acerca del silencio, querido lector, escribió Tagore. Otro tanto, acerca de la música, creía Antón García Abril, que falleció hace poco. La expresión artística perfecta, al contrario de lo que cabría esperar de un poeta y un compositor, es, por tanto, el silencio. Y el silencio, que no sólo consiste en callar, acaso es perfecto porque es inimitable; es un misterio.

El teatro, la obra La Isla, (ya que toca tratar ahora de su representación anoche en nuestro Muñoz Seca), no puede tratar el misterio como algo inteligible, sin caer en una redundancia cómica… Y es que, si es posible decir de una persona que dijo algo antes de morir sin que resulte redundante, es porque pudo decirlo cómo, cuándo, y dónde lo dijo porque estaba viva… Y si no hay nada como representar lo que nos ocurre (teatro dentro de teatro) para saber lo que nos pasa, eso no supone, ni mucho menos, resolver el misterio que somos.



Porque ¿qué vida tiene el misterio? ¿Quién ha visto a Dios? ¿Quién le ha oído que no fuera un profeta? ¿Cabe, por tanto, decir con Ada (Gema Matarranz), pareja de Laura (Marta Megías), que Dios es mujer, cuando se derrumba por la muerte de su hijo, Samuel? ¿Sale del pecho algo ante dolor semejante, y da para hablar de amor? ¿O, como pasa al poeta con la palabra y al compositor con la música, no hay como el silencio, que es un misterio, para que también el dolor sea perfecto, y no una caricatura suya? Tal vez lo único que alcancemos a saber de nosotros mismos sea una caricatura de lo que en realidad somos: un misterio.

La obra cierra con un violento ritmo musical de moderna tragedia urbana que normaliza la experiencia terrible de una familia nada convencional.

Miguel A. García Neto

Bien podría ser el teatro, querido lector, -expuesto de modo muy simple, claro está- una de las muchas ramas del frondoso árbol de la literatura, y aun éste -árbol dentro de árbol al fin-, rama troncal de nuestra rica y muy añeja lengua castellana... Esto así, ¿qué mayor fortuna -sin ser experto, (lo que lo hace más apasionante sin duda) -que poder comentar, analizar, compartir algún sentimiento sobre las muy variadas y estupendas obras teatro que se representan en nuestro Muñoz Seca, o bien en el patio porticado de San Luis Gonzaga, en esta sección o espacio dedicado al teatro?