El paseo marítimo de Valdelagrana cuenta con establecimientos señeros como puedan ser las cervecerías, marisquerías La Fría I y II. Y este año, el primero de estos establecimientos está de enhorabuena, porque se cumplen 25 años de su apertura.
Cinta Domínguez es la gerente actual del negocio, un establecimiento que abrió junto a su marido hace la friolera de 25 años. El hecho de celebrar esta efeméride no es otra que festejar que han salido de la pandemia, con ganas e ilusión renovadas, y como especial homenaje a su marido, quien falleciera hace quince años, y que capitaneó, junto a Cinta, el negocio familiar que ahora llevan su mujer y sus hijas.
“A este evento le ponemos muchas ganas, y la gente está respondiendo muy bien, porque tiene ganas de disfrutar. Intuyo que va a ser un buen verano para todos, porque lo merecemos”, augura Cinta Domínguez.
Un negocio que “en esencia no ha cambiado, sigue siendo la misma. Es más, hay quien incluso me pide que no cambie la imagen del mismo”, porque mantiene su especial carisma.
Un establecimiento que se asienta en unos pilares muy contundentes y que apenas han sufrido modificaciones a lo largo de los años. La cerveza de Cruzcampo y las gambas siguen siendo los productos estrella, aunque a la carta se hayan sumado otros mariscos, el cóctel de marisco, los aliños o el pescaíto frito.
Debido a su ubicación, en pleno corazón de Valdelagrana, y con vistas al mar, “sigue siendo un bar de temporada de verano, pero lo mantenemos abierto todo el año. Si hace buen tiempo y sol, se trabaja a muy buen ritmo. Es cierto que en invierno trabajamos fines de semana y festivos, el resto de la semana no, porque no hay ambiente. Pero en verano, todos los días”.
Uno de los principales activos de La Fría, y a los que esta familia está muy agradecida, es al cliente, que es “muy fiel. Tenemos clientes de toda la vida de Madrid, Córdoba, País Vasco, Sevilla, Badajoz, y por supuesto, El Puerto. Vienen un año y otro, aunque siempre se incorpora gente nueva a nuestra gran familia”.
Y el que llega a La Fría repite, porque saben cómo cuidar el paladar del cliente. “La cerveza fría y la gamba es lo más recurrido. La cerveza, aunque es la misma que en otros establecimientos, lleva un proceso distinto, un trato particular. Cuidamos mucho los detalles para que se sirva bien fría, en un vaso que no lleve grasa para que no se corte, no lleva oxígeno para que no empache, etc. Es un mimo especial el que le damos. Parece que no, pero cuenta para el que entienda de cerveza y al que le guste disfrutar de ella”.