EL PUERTO.- El avaro (como cualquiera que tome como única solución su ideología o creencia sin abrirse a otras soluciones, y como si se engollipara de ella) es un capitalista espiritual. Y lo mismo cabría decir, como haya avaricia espiritual, del colectivista, del creyente y del ateo, del de izquierdas o derechas o de centro…
A partir de aquí, lo que se haga desde esta avaricia sustancial que es base de progreso, (y que, por tanto, no tiene cura) es mecanización exterior de la racionalidad pragmático-utilitaria; y su indudable repercusión en el mundo, proviene del interior del hombre.
Y esto así, ¿para qué, paciente lector, tomarse la molestia de crear, de vivir de ideologías y creencias, si son fruto de avaricia espiritual, y ésta base progreso?
Y, hablando de progreso: ¿se ha avanzado algo? ¿Se ha retrocedido? ¿Está Dios más cerca de nosotros? ¿Más lejos? ¿Existe?
Quienes sí están demostrando un progreso plausible en las tablas de la escena nacional son los actores Aitor Beltrán, Darío Paso, Litus Ruiz, Pepe Lorente, Leo Rivera y Víctor Clavijo, que, bajo la dirección de Sergio Peris-Mencheta, y haciendo alarde de unas dotes musicales extraordinarias -amén de las ya muy notables interpretativas-, dan vida a tres generaciones de los Lehman Brother (familia de incuestionable implicación, como se sabe, con el Capitalismo Moderno) en Lehman Trilogy, comedia que Peris-Mencheta ha adaptado a Stefano Massini, autor de la obra homónima original.
Es obra pedagógica, tan monumental en sus hechuras (dura 180 minutos), como en su apabullante -y no pocas veces delirante- pretensión historicista, donde se recoge, con ahorro admirable del espacio escénico y un decorado tan original como versátil, ambientes y circunstancias de tres generaciones de los Lehman Brother: y todo ello documentado del modo más eficaz y elegante, con canciones y bailes interpretados por los mismos actores. Puntuación: Diez sobre diez. Con aforo copado y volcada ovación del público, Lehman Trilogy inaugura esta Temporada de Otoño de Teatro 2019.