El atentado en Manchester Arena tras el concierto de Ariana Grande dejó al menos 22 personas fallecidas.

El atentado en Manchester Arena tras el concierto de Ariana Grande dejó al menos 22 personas fallecidas.

Joaquín García de Romeu. “Amanece que no es poco”.

Joaquín García de Romeu. “Amanece que no es poco”.

Joaquín García de Romeu (Tribuna libre).- No podemos decir que nos sorprenda lo ocurrido, los atentados se están convirtiendo en algo tan habitual que el día que no ocurre alguno nos extrañamos. Es tal el grado de conformismo que hasta se justifica por algunos dichos atentados, culpando incluso a los Reyes Católicos, a quienes algunos eruditos han hecho responsables de los problemas actuales, consecuencias directas de la toma de Granada por sus católicas majestades.

También los hay que culpan a los países occidentales por sus decisiones fronterizas del siglo XIX, como no, al Papa, por haber consentido las cruzadas; como no, a los judíos, quienes debieron de asentarse en la luna y no en Palestina, donde vivían pacíficamente la comunidad palestina con más de 10.000 años de historia. Todos tienen la culpa de que los pobres musulmanes se vean obligados a atentar. Pero si nos sentamos a analizar el verdadero problema, la solución es difícil. Difícil y complicada. Hay gente que necesita ayuda, a las que no se les puede negar esa ayuda, gente que huye de cruentas guerras a las que hay que acoger, comunidades enteras que necesitan no perder sus raíces y a las que hay que respetar.

El problema por ello no viene de quien pide ayuda, sino de quien la da. De quien la da y en lugar de pedir respeto, pide que cambiemos nuestras costumbres para no ofenderles, que quitemos cruces de los colegios porque ofenden, que cambiemos menús porque ofenden. Lo mejor viene cuando dicen que España es musulmana porque estuvieron ocho siglos, claro, olvidándose que los últimos quinientos conservaron una décima parte porque los habían expulsado de casi todo el territorio, olvidando que la población hispano-romana vivía humillada y en míseras condiciones, como criados y labriegos. Pero no conviene perderse en los tiempos, es mejor mirar al futuro, pero… que futuro nos espera… hasta cuando deberemos tener paciencia.

Como decía, no se puede negar ayuda a quien la necesita, pero, por poner un ejemplo, es como si un amigo te pide ayuda, lo metes en tu casa, lo alimentas, le dejas un cuarto y al año, cambias los colores de las paredes porque a él no le gusta como son. Dejas de comer carne porque es vegetariano, tus hijos dejan de vestirse como quieran porque considera que tu hija no se debe poner minifalda, a tu mujer le coloca un velo porque es lo correcto y por supuesto se retira todo elemento religioso católico del hogar. Como es natural, todo ello no quiere decir que no se deba ayudar, quiere decir que no podemos perder nuestra identidad, la que sea, no solo católica, sino cultural, como pueda ser la tolerancia homosexual, la pena de muerte o el respeto a la mujer. Pensemos por un momento que buscan con los atentados, liberar estados, presos, o simplemente acabar con toda una forma de vida, hacernos sentir tal miedo que prefiramos vivir bajo unas normas de vida a conservar nuestra identidad.

No es cuestión de religión, algo más que superado, es cuestión de identidad, de respuesta y de respeto. Pensemos como queremos vivir y como queremos ayudar.